Lope tenía razón
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Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lope de Vega
Desde hace tiempo se vienen describiendo muchas teorías acerca del enamoramiento a nivel psicológico, médico, químico e incluso social. Aunque si nos atenemos a los cambio neuro-psico-endocrinológicos del enamoramiento podríamos encontrarnos con datos como los siguientes:
Un aumento de la dopamina con todos los efectos estimulantes propios de esta hormona asociados al placer y la recompensa y que en tantas ocasiones se describe como fuente de enfermedades adictivas. Cuando uno está “recién enamorado” no es extraño que sufra los síntomas de un grato estado mental acompañado de alteraciones de la atención o la percepción del dolor.
También se ha descrito el efecto de la feniletilamina a la que algunos llaman el neurotransmisor del amor. Se trata de un tipo de anfetamina producida por la decarboxilación enzimática de la Fenilalanina y que también puede encontrarse en ciertos alimentos como el chocolate o algunos quesos además de en varias drogas. La Feniletilamina podría justificar la presencia de síntomas como la falta de apetito, el insomnio o la hiperactividad que uno sufre al principio del enamoramiento y a la que con el paso del tiempo se va generando cierta tolerancia que explicaría el apaciguamiento de estos síntomas según transcurre la relación.
Además muchos científicos coinciden en describir una disminución de la serotonina que podría asociarse con la aparición de sentimientos obsesivos asociados a la imagen de la persona amada. Por no hablar de los cambios en las hormonas sexuales, así como de la oxitocina que al parecer favorece la creación de vínculos asociados a la confianza y apego generado entre las personas.
Sobre los cambios encontrados en estudios de neuroimagen también se han descrito algunas cosas interesantes como una activación del cortex anterior cingulado asociados a la sensación de euforia así como inhibición de otras áreas encargadas de realizar juicios y someter al otro a valoración que podrían explicar eso de que “el amor es ciego”.
Después de leer esto yo te invito a que vuelvas a leer el poema con el que hemos abierto este artículo. ¿Acaso el gran Lope de Vega no describe un estado mental?
En días como San Valentín, creo que Lope tenía razón con cada uno de los sentimientos que expresaba y a cada uno de ellos podríamos encontrar una justificación fisiológica. Yo pienso que es un todo regalo encontrarse con que, después de todo, la ciencia no hace sino confirmar con datos aquello que hace quinientos años describió nuestro genial autor en un solo poema.
¡Feliz regalo de los enamorados!
Javier Bris Pertíñez