Sonámbulos

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“Muéstrame un obrero con grandes sueños y en él encontrarás a un hombre que puede cambiar la historia. Muéstrame a un hombre sin sueños, y en él hallarás a un simple obrero” James Cash Penny

Se pasa el verano y con el otoño aparecen las naranjas, los primeros fríos y también los constipados, pero a ti ahora resulta que te cuesta mucho más curarlos. Piensas  que el médico tiene algún remedio milagroso o lo que es peor:  te auto medicas.  Te apetece salir a montar en bici y te das cuenta de que aquella cuesta que siempre habías podido subir de tirón se ha convertido en algo poco menos que imposible. Conoces a alguien que te interesa, a quién quisieras caer bien,  en un momento os acercáis un poco y nota el olor de tu aliento. De repente de pregunta ¿Oye tu fumas?

¿Alguna vez te ha pasado algo similar? ¿Se ha despertado  algo dentro de ti? ¿Qué emoción has sentido?  Puede que aún camines por ahí con tu cigarro sin querer despertarte como un sonámbulo que aun en plena inconsciencia es capaz de caminar, salir de su casa e incluso cometer alguna barbaridad para sí mismo o para los demás.  Cuando me encuentro a personas con esta actitud “sonámbula” me encantaría poder despertarle tranquilamente sin sobresaltos o acompañarle cuidadosamente al lugar de donde partió su sonambulismo hasta que despierte sin sobresaltos. Pero el viaje de la vida no se puede hacer  dormido. Es necesario despertar y tomar conciencia de qué es lo que te mueve a  sentirte más libre y ser mejor.

 

Cada uno tenemos nuestros propios despertadores. Aquellos que nos sacan del letargo que no es más que miedo a salir de la zona conocida que  aunque pudiera ser mala no ha dejado de ser nuestra zona de comodidad.

Te propongo algunas reflexiones:

  1. Si hablamos de la esclavitud del tabaquismo ¿Qué te hace seguir fumando? Puede que pienses que vas a engordar de una manera desmedida, que pienses que vas a rendir menos en el trabajo o que te hayas preguntado si esto afectará a tu forma de ser…
  2. ¿Qué emociones – existen detrás de estas razones? ¿Tal vez miedo? Mi abuela decía que al miedo se le vence plantándole cara. Encendiendo una luz. No puedes mantenerte pasivamente con tu cigarrillo en la mano y temiendo en tu interior que no te toque a ti la china de cualquiera de las muchísimas consecuencias del tabaco.
  3. Busca apoyo en tus valores. En aquellas cosas que te importan de verdad. Haz tu propia lista y ordénalos según tu prioridad.  Lleva esta lista contigo durante al menos cuatro semanas. Cuando tengas dudas mira la lista y pregúntate. ¿Si esto es loimportante para mí? ¿Qué debería hacer?
  4. Sé proactivo. Si crees que puedes da el paso. Si crees que no puedes pide ayuda.
  5. No te des por vencido. Aunque recaigas ¿Acaso no recuerdas la cantidad de veces que te caíste cuando aprendías a montar en bicicleta? ¡Ponte ya manos a la obra!
  6. Sólo o con ayuda pero no lo dejes pasar elabora un plan de acción teniendo en cuenta que es bueno ponerse uno una fecha tope a partir de la que ya no debes fumar. No olvides empezar a romper la inercia de tu hábito unas semanas antes: fuma en lugares diferentes, no pidas ni aceptes tabaco, haz partícipes de tu intento a las personas de tu entorno, etc.   El día antes deshazte de todo el tabaco que tengas  y procura que el día siguiente sea un dia tranquilo. Prepara algún premio que te motive (por favor que no sea de  comida…) Las semanas y meses siguientes puede que sufras algún síntoma propio de la abstinencia por la nicotina (irritabilidad, dolor de cabeza, alteraciones del sueño…) No dudes en pedir ayuda y sobre todo ten paciencia y confía en ti.

Tú y sólo tú eres el dueño de tu destino. Tu libertad, como decía Don Quijote: “ es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos… por ella se puede y se debe aventurar la vida”

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